En épocas del cual nadie recuerda y que tampoco nadie quiere acordarse ni masticarlo por conceptos errados porque se "aburren" dicho sea de paso aca en Perulandia eso ocurre casi siempre (otro debate), es sabido y a la historia me remito que existián en Lima viejos y también elegantes Lupanares o burdeles (lugar donde se ejerce la prostitución) donde se aplicaban ciertos tipos de rituales antes de ingresar a dicho lugar de servicio social, la dama te saludaba con mucha gracia y distinción después te la lavaban en un pocillo de porcelana ahora creo que solo te dicen el costo pero sin mirarte a la cara antes te arreglaban la corbata ahora te arreglan el bolsillo pero con el precio (en otros casos con alguna navaja o filudo cuchillo).
También en aquellas épocas ir a un burdel era tan normal como ir a la casa de tu tio, ahora con mucho pesar debo decir que decir solamente la palabra "burdel" o lupanar, o casa de citas es mentarle la madre a tu amigo y si estas al costado de tias viejas cucufatas no sales vivo de allí.
Sin lugar a dudas esto no es nuevo aca en el Peru, todo el mundo sabe que decir la palabra "Prostitución" o "Prostituta" y/o la temible palabrota Puta es ir contra la moral y "las buenas costumbres".
Y bueno debo decirles para los que aun no saben de estos gajes de la vida que esto no es malo, lo que es malo es no saber y sobre todo no ir a estos lugares de servicio social y de salud masculina.
Ya en la antigua Roma el viejo Catón se iba de puterío de vez en cuando porque según decían asi evitaban el adulterio con mujeres casadas (todo un escándalo en aquellas épocas) donde habían centenares de burdeles es así que en aquellos tiempos hasta existían aquellas mujeres expertas entre las innumerables hazañas de cama como las feladoras (expertas en las artes del mamado o mamamiento), estas se clasificaban por hetairas (chicas de moral distraída o de la vida alegre, de la vida galante), las Delicatae: chicas matenidas por los ricos, Famosae: hijas y esposas de gente adinerada que se entregaban al sexo por puro placer, Dorae: Aquellas que iban siempre desnudas, Lupae: Aquellas mujeres que ejercian bajo los arcos de los puentes, Noctilidae: Mujeres que salian solo por la noche para ejercer su oficio, Copae: Que trabajaban en tabernas y posadas, y así hasta los actuales burdeles, bares, discotecas, citas callejeras y hasta en hostales se convierten en lugares del desahogo masculino.
Demóstenes dijo una vez:
“Tenemos a las heteras para el placer, a las pallakae (concubinas) para que se hagan cargo de nuestras necesidades corporales diarias y a las gynaekes (esposas) para que nos traigan hijos legítimos y para que sean fieles guardianes de nuestros hogares”